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Descubre el encanto del Pueblo de Adrados

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El pueblo de Adrados es un lugar mágico situado en el corazón de la provincia de Segovia, en las propias raíces de la región de Castilla y León, pueblo en el que se encuentra El lagar de Justa, nuestra casa rural en Segovia. El pueblo se caracteriza por su buena conservación, limpieza y orden, con sus calles llanas y bien pavimentadas, sus sólidas casas de piedra caliza y el cautivador acogimiento de sus amables gentes. Vamos a mostrarte un poco más a fondo los encantos de Adrados:

Historia y tradición.

No por la humildad del municipio deja de haber tenido una relevancia histórica nada desdeñable y ha sabido mantener sus tradiciones.

Todos los indicios apuntan a la fundación del municipio en época de la reconquista cristiana frente a la invasión musulmana allá en la edad media, perteneciendo el territorio a Gutierre Pérez y posteriormente al rey Alfonso VIII. En aquella época, mientras se forjó la fama de la valentía segoviana, se dieron fueros de importantísima relevancia a municipios como Sepúlveda o Cuéllar, por ejemplo, que encabezaban la punta de lanza en lo antaño denominado “Extremadura castellana”, por ese mismo motivo de extremo fronterizo en la reconquista. En aquella época la reconquista era lenta y dificultosa lo que condicionaba a la creación de pequeños municipios, o más bien poblados de manera diseminada y que permitiera la cercanía a las tierras de cultivo, a diferencia de lo que ocurrió en la mitad sur de la península donde la reconquista fue más ágil y moderna.

Los primeros pobladores, de probada valentía como se ha indicado, se debieron dedicar a la agricultura del cereal, probablemente del vino (de gran importancia en épocas posteriores) y a la explotación del bosque de quejigos y encinas en cuanto a la elaboración de carbón vegetal, No en vano, una de las etimologías barajadas para el nombre de Adrados es “turno” (daur del árabe pasando al castellano como Adra), referido a la explotación por partes o turnos de la superficie de dicho bosque y resto de pinares.

No en vano Adrados ha sido históricamente cuna de personajes destacados, habiendo viajado a la conquista de América dos naturales del lugar ya en 1515, y yendo un Cuellarano ya en el primer viaje junto a Cristóbal Colón. Esto por poner algunos ejemplos ya que a lo largo de los tiempos no ha dejado de haber vecinos ilustres.

Hoy en día se mantienen interesantes tradiciones, religiosas, sociales, culinarias, culturales y de diversa índole, siendo habitantes orgullosos de sus tradiciones y raíces.

Arquitectura y patrimonio.

Siendo Adrados de orígenes modestos, el pueblo conserva elementos arquitectónicos y patrimoniales de interés:

Quizá el más antiguo y posiblemente relevante se encuentra la llamada ermita de San Benito de origen un tanto desconocido a falta de estudios teóricos en los archivos comarcales y provinciales, y datada su construcción en el siglo XIII, momento de la repoblación de la zona. Hoy en día se conservan las paredes de carga, el ábside y parte de la bóveda de cañón y horno con dos grandes arcos de medio punto, todo ello en piedra tallada. Lamentablemente el estado de conservación deja mucho que desear debido al olvido de los correspondientes responsables. En mi humilde opinión, debió de tratarse de algo más que una ermita, debido a su gran tamaño, aparentemente ampliado en varias épocas, y no descarto que se tratara del cuerpo central de un sencillo monasterio benedictino, dada la advocación demostrada al Santo, cuya imagen se conserva en la iglesia parroquial. Tampoco es descartable que estuviera acompañado de construcciones sencillas para los monjes u otros pobladores. Dicha teoría cobra fuerza al tener en cuenta la disponibilidad de agua, madera, tierras de cultivo y pastos al pie de dicha construcción, así como la cercanía al Castillo de Perosillo, ya desaparecido, y núcleo de influencia, y a la presencia de la corte en la región. La construcción cuenta con sillares de piedra caliza de la zona y mampostería de cal, típico del románico segoviano de la zona. El ábside, que aún se conserva, hubo que reforzarlo desde sus orígenes con tres contrafuertes, posiblemente a errores de cálculo o fallos en la estabilidad del terreno. También conserva canecillos en muy mal estado, echándose de menos los arcos de entrada, en mi opinión, reaprovechados en otra construcción, quien sabe si en la propia iglesia parroquial.

Ermita de san Benito.

Otra de las principales construcciones de Adrados es su iglesia parroquial, dedicada a la Natividad de Nuestra Señora, suya festividad se celebra el 8 de septiembre. La iglesia es de origen románico como se puede observar en la puerta de entrada o los canecillos del lado norte. El espacio interior consta de tres naves y una cúpula en el crucero y un campanario a los pies. La construcción es sencilla constando de sillares en las zonas más estratégicas y de piedra menor en el resto. Caben destacar cuatro grandes arcos de piedra tallada en el interior, creando un amplio espacio antes de la cúpula del crucero. No es para nada descartable las distintas actuaciones a lo largo de la historia, esta opinión se basa en los distintos estilos históricos que observamos, de origen románico la puerta de acceso, los canecillos o pequeñas ventanas de sillar de origen. Quizá de origen renacentista, la cúpula, huecos mas grandes de ventana de época posterior… Cabe destacar alguno de sus retablos barrocos, participando una parte de ellos en una de las exposiciones de Las edades del hombre, siendo su autor Alonso de Herrera. De interés son también la cruz procesional o su custodia elaborados por los talleres plateros segovianos del siglo XVI, aunque estos tesoros no se encuentran en la iglesia.

Foto extraída del perfil de Carlos Mora en Facebook.

En tamaño le seguiría una construcción civil, como es el Ayuntamiento de Adrados, situado en la Plaza Mayor de la localidad, construcción posiblemente del siglo XIX albergando en ese tiempo a una cárcel, es llamativa la coronación del edificio por un reloj, siempre en punto, fechado en 1929.

Plaza Mayor y Ayuntamiento de Adrados.

Volviendo a la arquitectura religiosa el pueblo cuenta con la ermita de San Roque, un recogido edificio de planta cuadrada, paredes de sillar y tejado entramado de madera. Como en otros pueblos de alrededor se hizo popular esta advocación al santo por ser protector ante las pestes que sin duda azotaron a la población en otros tiempos. Consta de dos llamativas puertas de entrada y en su interior puede contemplarse en época navideña un fantástico belén confeccionado por algunos de sus vecinos.

Ermita de san Roque, con quejigo centenario y bosque de la misma especie al fondo.

En cuanto a la arquitectura habitacional recordamos los orígenes llanos del pueblo, aún así es interesante un paseo atento por sus calles para admirar los distintos estilos arquitectónicos a lo largo de la historia. Las casas más antiguas que se mantienen en pie muestran su solidez y presumen de grandes dinteles de piedra. De esas épocas primitivas también se conservan minúsculas casas que albergaban a numerosísimas familias. Es llamativo como en la época de 1920 a 1940 se edificaron numerosas casas con el peculiar uso del ladrillo de cemento para las esquinas y los arcos de puertas y ventanas, sin duda fue la moda y la transición tecnológica entre el uso de grandes y trabajosas piedras y el ladrillo cerámico, más ligero, estético y abaratado por las nuevas facilidades de transporte. De esta época, exactamente de 1920 es la construcción del Lagar de Justa, la edificación principal, aunque el lagar puede alcanzar una antigüedad de 150 o 200 años.

Construcción del S.XIX  | Construcción de 1876.

Otras construcción muy interesante es el edificio de la Cilla y que da nombre la plaza donde se ubica, este edificio, como su propio nombre indica estaba dedicado a la recogida del diezmo que se entregaba a la iglesia, hoy en día está dedicado al ocio y la cultura.

Edificio de la cilla.

Siguiendo con la arquitectura peculiar de Adrados también podemos contemplar dos edificios construidos al tiempo y cuya finalidad eran las de escuelas uno y de casa del maestro otro, se caracterizan por una bonita combinación de ladrillo cerámico y piedra. Mencionar en este punto que el municipio no fue siempre tan poco poblado, sino que a finales de la década de los 50 llegó a una población de casi 1000 habitantes y mantuvo cuatro escuelas abiertas al mismo tiempo, dos escuelas como tal, el ayuntamiento y la Cilla.

Antiguas escuelas, actual centro de ocio. Casa de los maestros.

En todas las edificaciones, si somos observadores podremos apreciar los peculiares “tejados segovianos”, donde se utilizan la mitad de las tejas (árabes) que en otros tipos de tejados, constan de canal pero no de cobija, restando peso y vigas de carga, y por tanto, coste al reducir la cantidad de trabajo y material de construcción. Esto es posible al clima relativamente seco de la región, al buen hacer en la colocación de la teja por parte de los constructores y a la capa de barro que se encuentra entre la teja y el techo de madera que disipa las pequeñas humedades que puedan escapar a la recogida de las aguas por las tejas..

Y no sólo de arquitectura presume Adrados, también lo hace de su tronco tallado de la antigua olma que presidía la plaza mayor.

Aunque ya esté descrito en la zona de naturaleza, no está demás recordar la existencia de un quejigo centenario, de crecimiento muy, muy lento, junto al casco urbano, en las eras y cuya visita es imprescindible.

Como habrás podido observar Adrados tiene grandes riquezas, ¡¿te vas a quedar con las ganas de descubrirlas por ti mismo?!

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